La investigación como medio para la generación del conocimiento
La relación de la investigación y la generación del conocimiento es estrecha, dada la importancia que juegan sus resultados en el progreso y la mejora de la calidad de vida de las personas, la competitividad y las naciones a nivel mundial.
Visto de esta manera se vuelve impostergable un cambio de postura frente a la investigación, dado que para enseñar el conocimiento o modificarlo hay que comprenderlo y para ello se debe estudiar la ciencia, estudio que se ve facilitado a través de los currículos que se encuentran en los sistemas educativos que cubren desde la educación infantil hasta la educación universitaria.
Estas ideas nos llevan a diferenciar dos tipos de investigación: la investigación formativa y la investigación propiamente dicha.
La investigación formativa propone incorporar al estudiante en los procesos investigativos mediante el uso de la indagación como herramienta en el proceso de enseñanza – aprendizaje. Este tipo de investigación está dirigida por un docente que es el investigador y los agentes investigadores que son los estudiantes o co- investigadores, cuya relación favorece el desarrollo de las capacidades para el aprendizaje permanente para la actualización del conocimiento. Mientras que la investigación propiamente dicha es la que realiza el investigador para producir conocimiento en un determinado campo.
De ahí que, es en las instituciones escolares en las que se debe iniciar la relación con la investigación formativa, a través de la observación de situaciones de la realidad, la experimentación, la intervención y el análisis para explicar aquello que se ha logrado visualizar, siempre contando con el apoyo del docente, quien podrá guiar el proceso de construir y reconstruir lo aprendido, a partir de crear preguntas o fomentar la elaboración de hipótesis.
Además de señalar que, el estudiante aprende a investigar investigando e indagando de forma continua, lo que a su vez tendrá como efecto su desarrollo integral que incluye la autonomía, la libertad y la capacidad crítica, para enfrentar de forma ética el mundo actual.
Por otro lado, la formación en investigación en las universidades debe ir más allá del proceso de enseñanza – aprendizaje, ya que es en estos centros en los que se debe “promover la investigación de calidad que aporte al progreso sostenible del país” (Ríos, 2013, p.112), a través de proyectos que involucren a estudiantes y docentes o, mediante la enseñanza de los fundamentos epistemológicos, metodológicos y técnicos de las disciplinas.
En estos escenarios, la formación de docentes se vuelve prioritario, pues se los debe dotar de estrategias para la enseñanza y la ciencia, las que pueden ser de tres tipos: a. conocer a fondo la materia o disciplina que enseña, b. desarrollar didácticamente su disciplina a partir de trabajar sobre los problemas científicos cuyos resultados pueden presentarse a través de proyectos o informes y c. asumir las prácticas de laboratorio o trabajo de campo con sus estudiantes (Marín 2012 citado en Ríos 2013).
De esta forma se promoverá el desarrollo de competencias investigativas en los estudiantes mediante la orientación en la formulación de problemas, en el planteamiento de preguntas de investigación o hipótesis, en el diseño de metodologías para indagar, en el uso de las técnicas adecuadas para la obtención de datos e información, en el procesamiento de los datos obtenidos y finalmente en la construcción de conclusiones coherentes con la información. Lo que permite afirmar que, una de las responsabilidades esenciales del docente es que el aprendizaje del estudiante sea significativo en un espacio académico en que la investigación sea la base de la acción docente con el fin de mejorar la realidad.
Cabe señalar la importancia que adquiere la relación docencia – aprendizaje, especialmente en lo que respecta a un proceso de investigación al interior de la institución educativa, que dé como resultado un currículo que priorice la investigación como una forma de mejorar la enseñanza, a partir de visualizar los problemas de los contextos que se experimentan en clase y que pueden ser sistematizados, discutidos con sentido crítico con el fin de proponer proyectos en los que interactúen estudiantes, docentes, comunidad, y sociedad.
Es por estas razones que los docentes deben adquirir en su formación las habilidades investigativas necesarias que, al ser puestas en acción en el aula, esta se convierta en un espacio para investigar, para reflexionar sobre la realidad, para proponer soluciones y para crear nuevo conocimiento.
Referencias bibliográficas
Orozco V, María. (2016). La investigación como estrategia formativa. Investigaciones Andina.18(32), pp.1437-1438. Recuperado de https://www.redalyc.org/journal/2390/239047318001/html/
Ríos M, José. (2013). La investigación científica como medio para adquirir conocimiento significativo. Educación y Desarrollo Social.7(1), pp.108-115. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5386173