Cambios en el currículo ¿Qué cambia?
El pasado 30 de enero elcentro.global realizó un webinar sobre los cambios en el currículo. En este espacio se reflexionó sobre el paso hacia un modelo curricular por competencias. De esta charla resulta interesante retomar algunas ideas para continuar profundizando en los análisis y trazar estrategias.
La contextualización
Todo cambio significa una nueva contextualización de las propuestas. En este aspecto hay que resaltar el valor del contexto, es decir, analizar y entender el entorno local, así como las historias políticas, económicas y sociales que vivimos. Todo ello es importante para repensar el currículo y comprender las razones que le dan vida.
Un modelo curricular por competencias replantea el modelo por contenidos, por tal razón hay que tener presente cómo formar las competencias y recordar que los aprendizajes se consolidan como competencias a futuro. De allí la importancia de integrarlas al diario vivir, para que puedan ser aplicadas en lo laboral, en lo social, en lo personal.
¿Y qué pasa con los contenidos? Claro que se necesitan los contenidos de aprendizaje; pero hay que integrar principios, valores, creencias, a la vida del conocimiento. No hay competencias sin contenido. Los conocimientos, habilidades y valores, son el contenido que configura la competencia. De tal manera es fundamental insistir en que un modelo por competencias no es ajeno a los contenidos, todo lo contrario. Cobra relevancia la selección de estos últimos y la relación teoría – práctica para formar las habilidades y constatar las competencias.
La reflexión
La reflexión de los contenidos es importante para desarrollar las competencias de orden superior mediante actividades imaginativas, vivencias, experiencias creativas, en colaboración y de reflexión.
Reflexionar sobre lo que se aprende y practica, sobre lo que se conoce y descubre, sobre lo que se investiga, genera interés por el aprendizaje y por la profundización del conocimiento. Todo ello juega un papel fundamental en la formación de las competencias.
Debemos promover un modelo educativo que impulse la innovación, la creación y el pensamiento crítico. Esto es, un modelo que responda a las demandas y necesidades de la sociedad y que rescate lo humano.
El cambio
El cambio principal está en repensarnos como educadores, romper nuestros esquemas, nuestros dogmas y pensar que la formación de los estudiantes también incluye fortalecer la reflexión, la crítica, los valores, la autonomía.
Así también el cambio implica repensarnos como acompañantes, facilitadores, tutores. Esto significa una reconsideración de nuestras prácticas docentes, para que estas lleven a los estudiantes a crear sus propios aprendizajes.
Cualquier cambio en el currículo exige cambios profundos en los docentes, no solo en el proceso de enseñanza aprendizaje sino en la propia formación profesional que debe incluir una excelente formación disciplinar, una reflexión de la práctica docente y en los valores. Dicha formación es la base para motivar la formación integral de los estudiantes con altos niveles de responsabilidad y ética.
Finalmente, hay que resaltar que los cambios requieren una reflexión colectiva para:
a) Contextualizar los cambios y analizar sus particularidades y propósitos.
b) Delinear cómo se pueden transformar los contenidos, destrezas y habilidades en competencias.
c) Reflexionar sobre nuestro quehacer actual y las nuevas metas.
Y una pregunta esencial: ¿Estamos dispuestos a cambiar?
Analizar nuestra disposición para el cambio y determinar qué necesitamos para hacerlo es una tarea profesional, reflexiva y de alta responsabilidad individual y social.